La relajación es un tónico para todo el ser. Es en el silencio de la relajación donde se fragua, donde se capacita uno para actuar con mayor presencia de sí mismo en su acciones y en sus palabras. Por eso aprender a relajarse es aprender a actuar con mayor eficacia y eficiencia en nuestra vida cotidiana.

Vivir con al mente y el cuerpo relajados es nuestro estado natural. Quienes conservan este arte poseen la clave de la buena salud, de la vitalidad y de la paz de ánimo. En el continuo bullicio de nuestro mundo actual nuestra mente está constantemente bombardeada por estímulos. Como resultado acumulamos grandes dosis de tensión en nuestro cuerpo que minan nuestra salud física y mental.

Las técnicas de relajación nos enseña a limpiar esas tensiones innecesarias acumuladas y a adoptar una actitud más desapegada que nos permita mantenernos en calma.