A primera vista Savasana o postura del cadaver parece muy fácil de realizar, tan sólo hay que estar extendido boca arriba sin realizar ningún movimiento. Sin embargo se le considera una de las asanas más difíciles: al cesar toda actividad externa es cuando se está trabajando interiormente con mayor intensidad.

En savanasa, postura de relajación general, el cuerpo está totalmente relajado pero, dentro de esas pasividad aparente, se debe mantener una clara lucidez mental, una presencia total de uno mismo en este paréntesis de actividad orgánica y mental.

Conseguir la relajación completa – que se aflojen todas las contracturas conscientes e inconscientes del cuerpo – y se logre una perfecta tranquilidad emocional y una quietud perfecta, requiere tener ya un extraordinario dominio de uno mismo y estar avanzado en la práctica del yoga.

Es en Savasana donde se recogen los efectos del yoga: Si bien otras asanas dinamizan y ponen en marcha energías del cuerpo y del psiquismo, en Savasana estas energía latentes y liberadas se aprovechan, se absorven, se incorporan a la conciencia vigílica de un modo directo e inmendiato.

Pero Savasana no sólo merece nuestra atención por su riqueza intrénsica; constituye quizás la medicina que más se necesita en occidente. El ritmo de la vida moderna, el exceso de actividades, las preocupaciones que traen consigo, los conflictos familiares, afectivos, mentales... van minando nuestra capacidad de acción y de vivir en paz.

Una carga se añade tras otra hasta que la salud se resiente, nuestro equilibrio físico y afectivo se resquebraja apareciendo entonces trastornos en los puntos más débiles de nuestro organismo o de nuestro psiquismo.

Las zonas más afectadas serán entonces el aparato digestivo, el sistema nervioso (insomnios, agitación, neuralgias...), el aparato circualtorio (hipertensión, taquicardia, angina de pecho...). Cualquier zona de nuestro organismo físico puede ser un foco donde se exprese la tensión que se va acumulando en nuestro interior.

Esa tensión puede hacerse tan habitual en nuestra vida que ya ni nos damos cuenta de ella. Sólo cuando ya se expresa con síntomas alarmantes, volvemos a ser conscientes de ella. Por eso cuando empezamos a realizar relajación enseguida notamos los cambios y sentimos la placidez del reposo de Savanasa.

La relajación es una necesidad fundamental y básica. Reposo quiere decir actividad interior de recuperación, de renovación de energías, gracias a la cual nos preparamos para poder actuar de nuevo. Cuanto mejor practique una persona la relajación, mayor será su capacidad de acción en su vida cotidiana. Por eso aprender a relajarse en aprender a actuar mejor y más eficazmente.

Es en el silencio de la relajación donde se fragua, donde se capacita cada uno para actuar después con mayor eficacia, energía y presencia de sí mismo