Al poner el pie sobre la esterilla en tu clase de yoga, lo primero es comprometerte a dejar para luego los problemas y las preocupaciones de la vida. Ponlos en hielo durante un rato. Ya los recogerás luego cuando hayas terminado tu clase de yoga, si es que realmente estás apegado a ellos.

Ni que decir tiene que la meta del practicante es hacer que todo ese equipaje y energía inútil que te pesa, los sueltes al llegar a la esterilla. La práctica del yoga te ayudará a transformarte en un espacio distinto para que al volver a la cotidianidad, disfrutes de una perspectiva completamente nueva. Podrás relacionarte exactamente con los mismos temas de antes, pero viéndolos y percibiéndolos desde una posición ventajosa totalmente nueva.

Nuestro cuerpo cambia de humor constantemente, lo mismo que nuestra mente. Las asanas nos van a permitir percibir lo que está ocurriendo en el cuerpo ahora mismo. ¿qué siente tu cuerpo? ¿Estás rígido, dolorido y lleno de nudos, o quizá esté bastante relajado?¿Qué hay en tu mente?¿Estás presente en la esterilla o simplemente las luces se han quedado encendidas pero no hay nadie en casa?¿Te has atascado en tu cabeza?....

Quizá te sientas lleno de energía, o quizá una clase de yoga es lo último que te apetece hacer y lo único que quieres es salir corriendo. Pero ya has dado el primer paso: te has traído a ti mismo hasta la esterilla y eso era lo más difícil. Ahora, simplemente, suéltate. Lo que te puedas soltar es lo que determinará que el flujo se ponga en marcha.

Si luchas quieres decir que en algún nivel te estás agarrando. ¿A qué? A tus inquietudes. A tus preocupaciones. A tus tensiones. ¡Suéltate! Si no te sueltas sobre la esterilla, entonces ¿cuándo? Deshaz los muros, suelta la cuerad y fluye.

Recuerda que la respuesta al cómo siempre es “permaneciendo en el ahora”. Sigue tu propia respiración, ella te guiará hasta el instante presente y todo lo demás de desvanecerá como un cubito de hielo en agua caliente.

Sólo respira y métete en el momento presente: la puerta de entrada a ese espacio de transformación donde moran la curación y el crecimiento.