El Yoga parece ayudar a una serie de órganos y sistemas del cuerpo a funcionar de manera más óptima.

Mejora la función inmunológica. Muchas prácticas de yoga que incluyen las asanas y el pranayama son susceptibles de mejorar la función inmune, pero hasta la fecha, la meditación es la que tiene mayor apoyo científico. La meditación parece aumentar la inmunidad en los casos en que es útil, por ejemplo aumentando los niveles de anticuerpos en respuesta a una vacuna, y bajar éstos en el caso de enfermedades auto inmunes, como la psoriasis, que está marcada por una función inmune agresivamente inapropiada.

Mejora la función pulmonar. Los yoguis tienden a tomar menos respiraciones pero un mayor volumen de aire, lo cual es calmante y más eficiente para el cuerpo. Un estudio de 1998, publicado en la revista The Lancet, enseñaba una técnica de yóguica conocida como la "respiración completa" para personas con problemas pulmonares debido a una congestiva insuficiencia cardíaca. Después de un mes, su frecuencia respiratoria promedio disminuyó de 13.4 respiraciones por minuto a 7.6. Mientras que su capacidad de ejercicio aumentó significativamente, así como la saturación de oxígeno en su sangre. Además, la práctica del yoga ha demostrado mejorar diversas mediciones de la función pulmonar, incluyendo el volumen máximo de la respiración y la eficiencia de la exhalación, lo que explica por qué parece ser útil en el asma.

Mejora la función cerebral. El Yoga ha demostrado que mejora la coordinación, el tiempo de reacción, la memoria y también las puntuaciones de Coeficiente Intelectual. Los estudiantes de TM han demostrado mejora en su capacidad para resolver problemas, una mejor memoria y la adquisición rápida de información. Además el yoga ayuda a centrar la atención. Cuando nosotros estamos