La práctica de asanas yóguicas estimula el flujo sanguíneo por todo el cuerpo. El corazón se hace más fuerte, los vasos sanguíneos se relajan mejorando el flujo sanguíneo y así mismo la sangre cambia de una forma saludable.

Mejora la oxigenación de las células. La relajación yóguica ha demostrado que aumenta el flujo sanguíneo a la periferia del cuerpo, como a las manos y a los pies. Las torsiones llevan la sangre venosa a los órganos internos, permitiendo que la sangre oxigenada fluya en cuando el giro es liberado. El Yoga aumenta los niveles de hemoglobina y los glóbulos rojos que son los

Mejora el retorno venoso. Las venas dependen del movimiento de las zonas adyacentes del cuerpo. Debido a los efectos gravitacionales, las inversiones estimulan que la sangre venosa de las piernas y la pelvis vuelva a fluir hacia el corazón donde puede ser bombeada a los pulmones para ser oxigenada. Esto puede ser especialmente beneficioso para las personas con hinchazón en las piernas debido a problemas de corazón o riñón.

Aumento de Drenaje Linfático. Al contraer los músculos y estirarlos, hace que se mejore el flujo linfático, beneficiando a dicho sistema que combate las infecciones, el cáncer y elimina los residuos tóxicos de la función celular.

Las condiciones del sistema cardiovascular. Reduciendo el riesgo de ataques al corazón a aliviar la depresión. El ejercicio aeróbico es una fuerza poderosa para la prevención y la curación, sin embargo no todas las prácticas son aeróbicos. Aún así los ejercicios de yoga que no llevan el ritmo cardíaco a una intensidad aeróbica pueden mejorar el sistema cardiovascular.
Estudios han demostrado que la práctica del yoga reduce la tasa cardiaca en reposo y resistencia, así como aumenta la captación máxima de oxígeno durante el ejercicio. Lo cual es un indicativo que el acondicionamiento aeróbico mejora.
Un estudio encontró que los sujetos que se les enseñó sólo pranayama pudieron hacer más ejercicio con menor necesidad de oxígeno.

 Disminuye la presión arterial. El ejercicio y la pérdida de peso que comúnmente acompañan la práctica regular del yoga tiende a reducir la presión arterial. La relajación yóguica en particular, parece disminuir la presión arterial elevada.
Dos estudios de las personas con hipertensión, publicado en la revista médica británica The Lancet, compararon los efectos de Savasana con el estar tumbado en una sofá simple. Después de tres meses de práctica, Savasana se asoció con una caída de 26 puntos en la presión arterial sistólica (el número superior) y una caída de 15 puntos en la presión arterial diastólica (el número inferior). Es de destacar que cuanto mayor sea la presión arterial inicial, mayor será el descenso con el yoga.

Se adelgaza la sangre. Los ataques al corazón y derrames cerebrales son 2 de las 3 principales causas de muerte en el mundo industrial moderno. En la mayoría de los casos, es que un coágulo bloquea el flujo sanguíneo. El Yoga adelgaza la sangre haciendo que las plaquetas sean menos pegajosas y cortando el nivel de proteínas coagulantes en la sangre. Esto ayuda a disminuir la incidencia de los ataque de corazón e infartos, ya que los coágulos son muchas veces los causantes de los mismos.